Cobro de deudas de pequeñas empresas
Buscar ayuda externa suele ser el último recurso para quienes desean resolver un problema en su empresa. En el caso del cobro de deudas, contratar a un abogado o trabajar con una agencia de cobro de deudas puede parecer contraproducente. Cuando intentas cobrar lo que te deben, un dinero que es vital para el negocio, no estás precisamente dispuesto a regalar una parte importante de ese dinero a un abogado o a una agencia. Los abogados pueden cobrar una tarifa por hora o una tarifa fija negociada por llevar su caso, y los cobradores de deudas se llevan un porcentaje, y cualquiera de los dos puede ser más de lo que usted querría pagar idealmente.
Trabajar con un abogado o un cobrador de deudas también puede parecer una complicación más en un proceso ya de por sí agotador. Y aunque existe el temor al coste o simplemente el escepticismo sobre su eficacia, hay un nivel de conocimientos y experiencia que aportan para ayudarle a cobrar el dinero que le deben los deudores.
Diferencias entre una agencia de cobros y un abogado
Al considerar qué tipo de ayuda buscar, las empresas deben ser conscientes de las diferencias entre los servicios ofrecidos por una agencia de cobros y un abogado. Las agencias de cobros están bien preparadas y disponen de sistemas para automatizar las tareas relacionadas con los cobros. Pueden investigar las finanzas de su deudor para averiguar si oculta bienes. También están motivados para rendir, ya que la mayoría sólo cobran después de cobrar. Pero, en definitiva, no tienen ninguna capacidad para obligar a los deudores a pagar, más allá de la que tú tienes; estás pagando por la comodidad de quitarte de encima el trabajo de las cartas y las llamadas. Su deudor podría inclinarse a ignorar a la agencia de cobros, igual que hizo con sus esfuerzos. Sin embargo, si desea evitar conflictos, la agencia puede quitárselos de encima.
Donde un abogado puede ayudar más es en la creación de una solución específica para su situación. Aunque es instructivo investigar en Internet sobre el proceso de cobro de deudas, no hay forma de tener en cuenta las peculiaridades que pueden existir en un caso determinado. ¿Es la primera vez que el deudor delinque y, por lo demás, es un buen cliente, o se retrasa con frecuencia en los pagos? ¿Existen circunstancias atenuantes que puedan explicar el retraso en el pago, y puede llegarse a un acuerdo al margen de un proceso de cobro contencioso? Esto también es especialmente importante cuando el deudor puede haber pedido dinero prestado o comprado mercancías a plazos. Trabajando con un abogado, usted puede tomar la decisión correcta sobre los pasos a seguir en lugar de seguir un consejo rutinario.
Contratar a un abogado para cobrar los pagos atrasados
Una idea errónea sobre la contratación de un abogado es que, una vez que contrata sus servicios, se compromete a llevar el caso ante los tribunales. Aunque esa puede ser una opción en caso necesario, quizá sea mejor en las primeras fases pensar en su abogado como un asesor que le ayude a recorrer un proceso que probablemente le resulte desconocido. Un abogado puede ayudarle a poner en marcha un plan para intentar cobrar su deuda al margen de la vía judicial. Querrás asegurarte de que sigues los pasos adecuados y de que no te saltas ninguna medida ni caes en lo que podría considerarse acoso. Una carta de reclamación es una parte clave del proceso de cobro, y probablemente desconocida para un empresario sin experiencia en el cobro; un abogado puede ayudarle a redactar y enviar cartas de reclamación que expongan claramente lo que espera y las medidas que tomará en caso de impago.
Un abogado puede enviar las cartas y hacer las llamadas como lo haría una agencia de cobros, pero también ofrece la posibilidad de escalar el asunto más allá si surge la necesidad. Mientras que una agencia de cobros tiene prohibido hacerse pasar por abogado o hacer declaraciones sobre posibles acciones legales, un abogado puede hacer ambas cosas en su nombre, y usted no debe subestimar el valor del membrete de un bufete a la hora de comunicar la gravedad de su carta de demanda.
Con un poco de suerte, la posibilidad de tener que acudir a los tribunales será suficiente para motivar a su deudor a realizar el pago, pero si el asunto persiste, con un abogado contratado, usted ya está bien posicionado para llevar el caso ante un tribunal de reclamos menores con ese abogado íntimamente familiarizado con los problemas. Siempre que un juez esté de acuerdo con el caso tal y como lo ha expuesto su abogado, con las pruebas presentadas, el deudor se verá obligado a pagar lo que debe o se enfrentará a embargos contra sus bienes y al embargo de su salario hasta que se satisfaga la deuda.
La reticencia a trabajar con un abogado es comprensible, dada la preocupación tanto por el coste como por las complicaciones. Sin embargo, las empresas que no saben cómo reclamar el dinero que se les debe deben tener en cuenta el coste de oportunidad de trabajar en el proceso por su cuenta: el tiempo que pasan llamando o escribiendo cartas es tiempo que no dedican a su negocio real. Además, no cobrar sienta un mal precedente para su empresa y le priva de unos fondos necesarios que le corresponden por derecho. Trabajar con un abogado ofrece el camino en el que todo se hará hasta que la deuda se resuelva o se pague en su totalidad.
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