Crear un testamento
La mayoría de las personas menores de cierta edad no han pensado mucho en el testamento. O no están en edad de pensar en la muerte, inesperada o no, o no creen tener suficientes activos de valor por los que merezca la pena preocuparse en caso de fallecimiento. Los testamentos son algo para los más mayores, más cerca del final de la vida, y con más cosas que repartir entre hijos mayores y nietos. Un testamento no es algo en lo que queramos pensar en la flor de la vida, porque ¿quién quiere pensar en la muerte en ningún momento?
Por desagradable que resulte pensar en ella, la muerte es una realidad para todas las edades, y no es algo que espere hasta que tengas tus asuntos en orden. Solo 4 de cada 10 estadounidenses tienen un testamento o un testamento vital, según una encuesta de 2019. Y aunque pensamos que estamos más preparados para las posibilidades del final de la vida a medida que envejecemos, sólo el 18% de los mayores de 55 años tiene los tres documentos: testamento, instrucciones sanitarias y poder notarial duradero, esenciales para gestionar sus cuidados y su patrimonio.
Cualquier persona mayor de edad con una familia y unas posesiones mínimas haría bien en tener un testamento en caso de imprevistos. Los testamentos no sólo sirven para transmitir cosas; son especialmente importantes para quienes tienen hijos o animales domésticos, para asegurarse de que el cuidado y la tutela de las personas dependientes quedan por escrito, en lugar de dejarlo a criterio de los tribunales.
Por qué los jóvenes deberían plantearse hacer testamento
Si eres un adulto joven, tienes edad suficiente para haber acumulado algunas cosas y, con un poco de suerte, algo de dinero. Aunque probablemente no sea dinero suficiente para que hayas pensado en un testamento, sobre todo si no tienes hijos más allá de los de cuatro patas. Y si somos sinceros, la mayoría de nosotros, jóvenes y mayores, nos hemos preguntado por qué importa nada de esa planificación, porque, al fin y al cabo, estamos muertos, así que no es nuestro problema; quizá no sea nuestro mejor momento, pero sí uno honesto.
Los millennials no son los únicos que no planifican el final; mientras que sólo el 18% de los que tienen entre 18 y 34 años tienen testamento, las cifras de los que tienen entre 50 y 50 años no son mucho mejores, sobre todo teniendo en cuenta que esos grupos son más propensos a tener más personas y cosas de las que ocuparse. No obstante, todo el mundo tiene algo de valor, y todo adulto debe planificar cómo quiere que se repartan sus bienes en caso de fallecimiento; de lo contrario, queda en manos de los tribunales.
Lo que a los jóvenes aún les puede faltar en activos tangibles acumulados lo compensan con contenidos digitales. Además de planificar la distribución de sus posesiones físicas, un testamento puede dar cuenta de cómo gestionar sus fotografías, vídeos y cuentas digitales; puede parecer trivial a mayor escala, pero representan una crónica de su vida que sus seres querrán conservar. Como mínimo, querrá ahorrar a su familia la dificultad de tener que lidiar con el proceso sucesorio, en el que un tribunal determinaría qué hacer con sus bienes tras su fallecimiento.
Y si tiene hijos peludos, querrá asegurarse de que se ocupen de sus mascotas tras su muerte y se las entreguen a un amigo o familiar que ofrezca el mejor hogar a su fiel compañero. Un acuerdo o entendimiento verbal probablemente no sea suficiente; asegúrate de que esos detalles consten por escrito en caso de que fallezcas prematuramente. Además, un punto un poco más fino, pero consulte con un experto para asegurarse de que tiene el número correcto de testigos para su firma, ya que varía según el estado.
Además, las parejas que estén a punto de casarse deberían plantearse la posibilidad de crear o actualizar su testamento.
El testamento es imprescindible para los padres que esperan un hijo o tienen hijos pequeños
Si es padre de un niño pequeño o está esperando un hijo, el testamento es absolutamente imprescindible. La redacción de un testamento garantiza no sólo que sus bienes quedarán en manos de sus hijos, sino también que se velará por su bienestar. Sin testamento, los tribunales nombrarán un tutor legal para su hijo en caso de que ambos progenitores fallezcan, y esa decisión podría no reflejar los deseos de los padres sin un testamento escrito que indique lo contrario. Necesitas a alguien que pueda salvaguardar los bienes dejados a tu hijo hasta que sea mayor de edad o, en el caso de los fideicomisos, alguien en quien se pueda confiar para que administre y utilice el dinero de forma responsable para el cuidado y la educación de tu hijo.
Los padres también deben tener en cuenta los pagos del seguro de vida al formular su testamento. Ese dinero también puede destinarse a mantener a sus hijos y familiares tras su fallecimiento, siempre que especifique las condiciones de pago en su testamento.
Actualice su testamento periódicamente
Es posible que usted sea una persona responsable que ya tiene un testamento, lo cual es digno de elogio. Pero un testamento no es algo que pueda crearse y marcarse como hecho, olvidándose de él hasta su fallecimiento. Los testamentos requieren actualizaciones para reflejar los cambios en su vida y en la de los que le rodean. Quizá haya adquirido más bienes o vendido una propiedad; quizá haya habido un nacimiento, un fallecimiento, un divorcio o un nuevo matrimonio. Sea lo que sea, lo más probable es que su vida no sea exactamente la misma que el día que firmó su testamento, y querrá asegurarse de que las personas que actualmente forman parte de su vida son las que figuran en su testamento. Para ello, puede añadir un codicilo a su testamento o redactar un testamento totalmente nuevo.
Un consejo crucial a la hora de redactar un testamento: asegúrese de que sus seres queridos puedan encontrarlo. Un testamento bien redactado no sirve de nada a nadie si nunca se encuentra. Asegúrese de que su testamento está guardado en un lugar seguro, y de que el albacea sabe dónde está y puede acceder a él fácilmente llegado el momento.
Crear un testamento nunca ha sido tan fácil
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